No busques el final que a ti o a mí nos tienen reservado los dioses
y no te dediques a investigar los cálculos de los astrólogos babilonios.
¡Vale más sufrir lo que sea!
Puede ser que Júpiter te conceda varios inviernos,
o puede ser que éste, que ahora golpea al mar Tirreno contra las rocas de los acantilados,
sea el último;
pero tú has de ser sabia, y, mientras,
filtra el vino y olvídate del breve tiempo que queda amparándote en la larga esperanza.
Mientras estamos hablando, he aquí que el tiempo, envidioso, se nos escapa:
aprovecha el día de hoy, y no pongas de ninguna manera tu fe ni tu esperanza en el día de mañana.